lunes, 14 de abril de 2008

La cama

Es increíble la cantidad de códigos que aparecen cuando dos personas comparten una cama.

Y no estoy hablado de sexo, sino de ese momento post-sexual, de ese momento previo a dormirse, de ese momento clave en una pareja: La intimidad.

La cama es un mundo aparte y único. No cumple con ninguna regla del mundo social en el cual vivimos. La cama nos desnuda. No solo en una forma física o de vestimenta, sino que también nos desnuda mentalmente. Por fin nos sacamos esos “trajes” de “hombre y señora de la gran ciudad”, para ser simplemente nosotros. Y nos entregamos a eso.
Hay hasta partes del cuerpo que cobran cierto protagonismo en la cama, como por ejemplo los pies. No hay nada mas lindo que meter los pies en las sabanas frías y casi por accidente acariciar los pies y piernas de nuestra pareja. Y pensar que durante el día solo los usamos para caminar.
Y también aparecen actitudes que no aparecen en otros ámbitos, como la guerra de almohadas, la guerra de cosquillas, saltar, hacer carpita tipo campamento o utilizarla como la gran mesa para todo, desde para jugar a las cartas, ver una película o para preparar y comer una gran cenar. No se si la cama es el lugar ideal para estas cosas, pero si se que es el preferido.

Nos entregamos en ella, nos desnudamos y nos dejamos llevar. Entramos en un estado natural, como si nadie nos hubiera educado y hacemos lo que sentimos, lo que queremos. No importa la edad, todos jugamos, hacemos bromas, saltamos y cargoseamos en la cama. Y eso es genial. La cama nos permite ser naturales, por eso nos comportamos como niños en ella.Y obviamente las charlas en la cama son únicas e inolvidables.

Lograr intimidad entre dos personas no es nada fácil. Pudimos haber dormido y tenido sexo con varias personas, pero solo pudimos haber tenido intimidad con algunas pocas.

¿En quién te acordaste el leerlo?

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