lunes, 30 de marzo de 2009

Los besos de la nada.


Son fáciles aquellos besos que forman parte de un momento romántico, de una fiesta o de una charla de amor. Son los que todos esperan, son los que tienen que llegar para complacer al clímax.




No hay beso más honesto, que el que se roba en situaciones que no ameritan un beso.


Porque mientras vos estas en el supermercado tratando de elegir que marca de mayonesa llevar, y ella te roba un beso de la nada…es que algo pasa.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Lado B

Cuando entramos en confianza con nuestra pareja, cuando ya nos quitamos la postura de “levante”, y cuando ya nos dimos el primer beso, entramos en un periodo de confesiones, de ambas partes, en donde contamos la verdad de cómo planeábamos que pasara algo.

Confesamos que ciertas frases, posturas, mensajes o “casualidades” eran solo para lograr un acercamiento hacia la otra persona. Confesamos que fuimos a esa fiesta solo para verla a ella, y no porque nos encante bailar salsa. Que pedimos su celular solo por que nos gustaba, y no por una cuestión laboral. Que la acompañamos en ese colectivo solo para hablar un rato más con ella, y no porque vivíamos para ese lado. Y así muchísimas más.

Es muy lindo sacarse esa careta y confesar nuestras “estrategias” con ella. Pero más interesante es escuchar el otro lado. El lado B de tu pareja. Y enterarte todas esas cosas que hizo o dijo, y que eran solo para acercarte un poco más a vos o darte una indirecta.



Y así se genera una charla fascinante en donde ambos confesamos cuales eran nuestras verdaderas intenciones en viejas actitudes con el otro. Volvemos a recordar aquellos momentos que vivimos juntos, pero desde otro lado, desde el lado B.


viernes, 20 de marzo de 2009

El timbre de voz...y de mí.

Es increíble como una persona puede perder su belleza, su misterio y su sensualidad en tan solo un segundo. El timbre de voz condiciona notablemente nuestra atracción hacia una persona. En pocos segundos esa persona que tanto te interesaba, puede dejar de hacerlo, con tan solo emitir un sonido.

Hablar con una persona con un timbre de voz desagradable para uno, es como ir a un bar con mala música. Podrá ser muy lindo lugar, pero a la segunda canción no aguantas más y te querés ir.

Es como querer escuchar a alguien y no poder hacerlo porque un ruido indeseable esta tapando lo que quiere decir, y que ese ruido indeseable sea su propia voz.


Además nadie pueda prestar atención a lo que dicen. Porque de nada sirve decir algo inteligente con un timbre de voz desagradable. Nadie te escucha. Solo esperan a que se termine el discurso para no escucharte más.
¿Se imaginan si el discurso de Martin Luther King (I have a dream) hubiera sido con voz de pito? ¡Nadie le hubiera prestado atención! ¡No hubiera quedado en la historia!... Y Obama nunca hubiese sido presidente. O si Hitler hubiera tenido una horrible voz nasal, seguramente no hubiese habido segunda guerra mundial.

Y como si fuera poco, seguramente una persona con un timbre de voz “interesante”, trae consigo una risa “interesante”.Y ahí… Bingo.

Es importante el timbre de voz. De él depende que las palabras viajen seguras a destino, que sean convincentes y que descansen intactas para poder ser utilizadas mañana por la memoria.

El timbre de voz es como el timbre de tu casa. Cuando te visitan querés que suene algo lindo y placentero. Algo que los invite a pasar, y que sobre todo, los invite a quedarse.

Es tu ringtone. Cuando llamas a alguien querés que esa persona escuche un Miles Davis y no un Damas gratis para hablar con vos.

El timbre de voz es música. Es tu música. Genera el clímax de tus charlas. Es la banda sonora de tus palabras, de tus dichos, de tus chistes, de tus reclamos, de tus ideas.

Creo que la clave está en que el sonido es algo que nos invade sin poder filtrarlo. Ingresa a nuestro cuerpo y se mete directamente, como el aroma. Por eso es mas difícil de soportar si no nos gusta, porque sentimos que se nos esta metiendo en nuestro cuerpo y no lo podemos sacar.
Esto es a diferencia de la vista, o del tacto, que son sentidos más emisivos y más controlados por nosotros. De última cerramos los ojos, corremos la vista o quitamos nuestras manos y listo. En cambio al ruido, o al olor, es mucho más difícil poderles escapar.

Por lo tanto la voz entra directamente dentro de nuestro cuerpo a la hora de escuchar a alguien. Por eso es como si sintiéramos saborear algo desagradable si una persona tiene un feo timbre de voz. Y al mismo tiempo, saborear algo tan rico y erótico cuando esa voz nos gusta.

Por eso…hablame.



viernes, 13 de marzo de 2009

Animarse enseña

Tenemos que aprender a disfrutar del amor antes de esperar algo a cambio.

No podemos creer que todo lo bueno que nos puede dar el amor, descanse solamente en la decisión de otra persona.



El amor nos brinda más que eso. Porque no solo importa si esa persona era para vos o no, si funcionó o no, si duró una vida o una sola noche. También importa que hayas sido fiel a tus sentimientos. Que te hayas arriesgado a ser feliz. Que te hayas animado a intentarlo, a decirlo, a hacerlo, a escribirlo.
Por eso en el amor, también importa que te hayas animado a ser vos mismo.

Y recién ahí te das cuenta que el amor nos enseña más cosas de las que creíamos.

viernes, 6 de marzo de 2009

Efecto Romeo y Julieta

La idea del amor imposible seduce. No solo a niveles concientes, sino también inconcientes.
El no poder tenerlo/a fácilmente es un requisito casi indispensable en algunas personas para poder sentirse enamoradas. Y para las que no lo ven como algo indispensable, ayuda mucho sin ningún lugar a dudas.

En general se estanca al candidato/a posible/ideal en el concepto de amor “servido”. Quizás nos encanta pasar el tiempo con esa persona y no habría ningún problema concreto para no formar pareja. Pero algo falta. Lo vemos como algo insulso, aburrido, sin magia. Fácil. ¡Ahí esta!...lo vemos fácil…y hay algo que nos dice que el amor fácil no es amor.
Nos encanta luchar por el amor. Nos atrae la idea de que sea algo difícil, porque nuestra cabeza nos dice que si es difícil de conseguir, es porque algo bueno debe tener para nosotros (interesante). Y derrepente esa persona vale la pena.

Nos gusta ver el amor como un conflicto a resolver y no como algo ya resuelto.

Pero esas ganas de querer vivir esta clase de historias, nos puede llevar a verlas donde en verdad no existen. Y podemos creer estar viviendo una historia de amor imposible, cuando en verdad es una historia de amor no correspondido. Lo interesante es que muchas veces lo sabemos a esto (quizás siempre). El tema es que no queremos verlo, porque hay algo que nos interesa de esta situación.

¿Pero qué nos puede interesar? ¿Por qué querríamos vivir historias de amores imposibles? ¿O pensar en personas que no nos quieren? ¿Qué sentido tiene?


Por un lado.

Es en el amor donde se resuelven varios conflictos de uno mismo. Es en una relación donde se disparan y se hacen notar todas nuestras carencias emocionales. Por lo tanto es el lugar ideal para poder resolverlas.

Para estas personas el amor imposible no es más que el campo de batalla entre ellas y las carencias afectivas de su infancia. Y las parejas, solo un móvil necesario para ir y ganar esa guerra de grandes.

Quizás el amor sea la necesidad egoísta de encontrar a alguien que sea ideal para que se nos resuelvan las carencias emocionales de nuestra infancia. Alguien que nos haga sentir que, con su conquista, nos brinda esa parte importante que nos quitaron.

Eso explica porque nos pueden gustar personas que no nos quieren en lo absoluto. Porque que en verdad no es que las queremos a ellas, sino que inconcientemente queremos conquistarlas para resolver nuestra carencia.

Por otro lado.

No podemos escapar de nuestro “mapa de amor”.
Quizás nuestro amar a alguien no se base en alguna carencia, sino en una específica manera exitosa de amor que aprendimos en nuestra infancia. Pero que la vemos como la única manea de poder amar a alguien.
Eso nos lleva a luchar por amores que responden a esa manera de amar, pero que perfectamente pueden ser no correspondidos. Y no podemos ver otras maneras de amar. Y de nuevo volvemos a caer en el efecto “Romeo y Julieta” del amor imposible.

Entonces no existe el amor imposible como tal, o no debería de existir. Porque son historias que hablan más de una persona y sus carencias a resolver o aciertos a aplicar, que de dos personas que tendrían que estar juntas.

Porque si dos personas se aman están juntas y eso…eso no es imposible.

Yo sé que a todos nos gusta sentir que somos Romeo o Julieta en alguna historia de amor. Pero está en uno decidir si querer ser un personaje de una novela y vivir historias de amor imposible…o ser uno mismo y vivirlas de verdad.


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