martes, 24 de junio de 2008

Las relaciones se definen por sí solas.

Tenemos esa maldita manía de definir todo. No permitimos que nada fluya y se identifique por si solo. A todo le ponemos un nombre, una definición y una clasificación. Cuanto antes, mejor. Esa necesidad de sentir que tenemos el control sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre las relaciones entre nosotros.

Esa necesidad de amoldar todo a nuestras necesidades y no a nuestra realidad.

Buscar definir una relación desde el principio, no solo es forzar una relación, sino que también es forzarnos a nosotros mismos y al otro, a cumplir un rol determinado. Por lo tanto dejamos, ya desde el principio, de ser nosotros mismos.

No ocupemos el tiempo en querer definir si es “mi chico/a”, “mi novio/a”, “mi amigo/a”. Porque lo mas difícil no es encontrar pareja, sino encontrar gente que valga la pena. Por eso, si encontramos a alguien que realmente valga la pena (con lo que cuesta) ocupemos mejor el tiempo en salidas divertidas con esa persona y en disfrutar de su compañía al máximo.

Además las etiquetas no existen. Las relaciones son únicas e irrepetibles. Es ridículo y sin sentido, querer catalogarlas. Aparte como si hubiera 3 o 4 maneas de relacionarse.

Luego la relación se definirá sola e ira donde tenga que ir.

Pero lo mejor es que la llevarán entre los dos siendo realmente ellos. Sin forzar nada ni a nadie. Y así la relación encontrara su verdadera “etiqueta”. Y sea cual sea, será la mejor manera de relacionarse entre los dos, la mejor manera de poder disfrutarse y la mejor manera de estar juntos.



Y eso es lo que importa.

viernes, 20 de junio de 2008

Impulsos Nerviosos

Dolor de panza, ansiedad y sin ganas de comer. Te bañas y te lavas los dientes un poco más minuciosamente que lo normal. Te descubrís granos y puntos negros que nunca habías visto antes. Elegís medias y ropa interior como si fueras a modelarla. Cuando en un día normal te pones cualquier ropa interior con dibujitos y medias con agujeros. Te cambias de ropa como 7 veces. Y por primera vez te preocupa que algo combine.

Miras el reloj como veces al espejo. No queres llegar tarde, pero el tiempo nunca nos da una mano cuando lo necesitamos.
Calculas todo para llegar a tiempo, pero siempre llegas tarde o la otra persona te hace esperar. Todo medio de transporte, TODO, tarda mucho mas que otras veces. El transito es peor que otras noches. Y sentís que no llegas más.

¿Cuánto esperar en una esquina? ¿15, 30, 40 minutos? ¿Una hora?
Y recién pasaron 2 minutos, pero ya estas pensando hasta cuanto vas a esperar.

Miras a cada una de todas las personas que pasan por delante, detrás y costados tuyos.
Y por más que te haces él que estas esperando “tranquilo”, seguís buscando y mirando. Y chequeas la hora cada 4 minutos, ni más ni menos.
Mientras vas pensando ¿De qué le hablo para romper el hielo? ¿Qué le digo? ¿Le digo que espere 30 minutos o que recién llegue?

Llega y esta a punto de cruzar la calle hacia vos. ¿La miro mientras cruza? (con sonrisa entupida y con gestos de querer decir algo pero no hay nada que decir) ¿O me hago el distraído? (Y actúo como que me sorprende con su llegada)

Nervios.

¿Pero qué sería una cita sin los nervios previos?

¿Cuánto te puede llegar a gustar una persona que no te causa nervios verla?


Es la señal de que vale la pena.

Porque no hay otra manera de ganar y de ser feliz, que no sea arriesgándose a sufrir.

Puede terminar bien o mal. Pero así y todo, haber valido la pena.
Y no solo hay que arriesgarse a ser feliz. Tiene mas merito quizás el arriesgarse a poder llegar a sufrir por alguien.

En definitiva la vida es vivir arriesgándose a ser feliz.


O así tendría que ser...sin rendirnos y sin que nos convenzan de lo contrario.

miércoles, 4 de junio de 2008

Es un segundo, un pensamiento… un sedante.

El stress de la vida laboral y estudiantil.
Esas discusiones con gente que no valen la pena, y que encima, nos quitan fuerzas.
Ese teléfono descompuesto con la vida misma, que parece no arreglarse nunca.
Esas preocupaciones por un mañana apocalíptico en este mundo.
Esa pelea constante con uno mismo.

Son esos los momentos en el día en los cuales queremos escaparnos y que el tiempo se detenga.

Y es ahí cuando justo antes de explotar, utilizamos nuestra mejor estrategia para escapar: Pensar en ella o en él.

Es como una inyección de placer.

Y todo vuelve a tener sentido nuevamente.

No solo es lindo tener a alguien en quien pensar para escapar cuando la realidad nos presiona, sino también saber que seguramente alguien esta pensando en vos ahora. Y vos ni sabias.



martes, 3 de junio de 2008

"Todo color de verde"

Para muchos el enamoramiento dura los primeros meses (como si tuviera un tiempo determinado) y lo definen como “cuando todo es color de rosa” (Algo genial para averiguar ¿De dónde salió eso? ¿Por qué el rosa y no el azul?)

Volviendo al tema. Si el enamoramiento o “todo color de rosas” dura un tiempo, es porque algo lo interrumpe. Y ese algo son las diferencias.
Cuando te gusta alguien instantáneamente te imaginas con esa persona haciendo cosas geniales y lindas. Te lo imaginas diciendo lo que a vos te gustaría escuchar en una pareja para vos y demás (ver posteo del 11/3/08). Pero no te imaginas peleando con esa persona o discutiendo diferencias.
No conoces a alguien, te gusta y pensas: “ayyy que lindo seria discutir con él/ella”. No, todo es “color de rosas”. Hasta que aparecen las primeras diferencias, y ahí como que termina la etapa enamoramiento y empieza otra etapa. Nose, le ponemos otro color. ¿Verde? Bueno, etapa “todo color de verde”.
Las relaciones son muy fáciles (cómodas) desde el punto de vista de similitudes y esas “cosas” que tanto te gustan de tu pareja. Por eso esta etapa “todo color de verde” es muy importante, porque la relación empieza a tomar verdadera forma a partir las diferencias.


Las diferencias hacen real a tu pareja y a la relación.

El amor es el diplomático que logra tratados de paz entre nuestras diferencias, evitando así que nos demos cuenta de que en verdad somos dos, y no uno.
Y es el mismo que logra que extrañes esas diferencias, que tantos dolores de cabeza te trajo, cuando él/ella no esta.

El amor también es elegir a quien vale la pena soportar. Porque dentro de todas las cosas lindas, siempre seremos dos personas totalmente diferentes.


El amor no es llevarse bien con alguien, el amor es querer soportar a alguien.
Solo él nos convence de realizar semejante tarea. Y eso es genial.
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