viernes, 22 de enero de 2010

Hay gente linda, gente fea y gente que nos gusta.


El enamoramiento se conforma de dos atracciones principales que sentimos por alguien. Una es la atracción hacia su personalidad y la otra hacia su aspecto físico. De las dos, la que tiene más fuerza a la hora del enamoramiento, es la atracción por su aspecto físico. Es la base fuerte de todo enamoramiento.

El tema es que creemos que nos atraen físicamente las personas que nos parecen lindas, y no creo que sea así.

Creo que la atracción física, y que nos parezca linda físicamente, son dos cosas totalmente diferentes. Que nos parezca linda no significa que nos tenga que atraer físicamente. Simplemente es una persona linda, nada más. Y la atracción física está ligada al enamoramiento, y que nos parezca linda, no.
Hay gente que nos parece linda, gente que nos parece fea y gente que nos gusta. Ahí está la clave.

Yo se que todos apreciamos a la gente linda y decimos “que linda mujer o que lindo hombre”. Pero solamente nos atrae físicamente la persona que no podemos quitarle los ojos de encima y decimos “esa es para mí”.
No afecta si es linda o fea, eso puede coincidir como no, la verdad no importa. Lo importante es que sabemos que es para nosotros, que nos gusta a nosotros. Y recién ahí sentimos verdadera atracción física por alguien.



Lo más interesante es que la persona que nos atrae físicamente no tiene que ver con su belleza física, sino con la química sexual, con la piel que nos genera. Por eso si nos parece linda o fea es otro tema.
Perfectamente nos puede atraer físicamente una persona que nos parezca fea, como una que nos parezca linda. No importa.

Todos hemos sentido una gran atracción física con personas que no pasarían ni la puerta del edificio para un casting de Calvin Klein. Sin embargo a todos nos parecen lindos los modelos de Calvin Klein.

Por eso para que esas persona que nos gusta, nos desee físicamente, no importa que nos considere lindo, importa que sienta deseo hacia nosotros.

En el amor siempre nos tiene que atraer físicamente el otro, siempre. Pero eso no significa que lo tengamos que verlo lindo físicamente, sino que nos atraiga físicamente. Esa diferencia tenemos que tener en cuenta.

Por eso no hay que obsesionarse con ser una persona linda, porque más allá de no tener nada que ver con la atracción física (y menos con el amor), uno deja de ser uno mismo. Y si queremos encontrar una persona que se enamore de nosotros por lo que somos de verdad, entonces empecemos por ser nosotros de verdad.

lunes, 18 de enero de 2010

Como dos extraños conocidos


“...Y ahora que estoy frente a ti
parecemos, ya ves, dos extraños...
Lección que por fin aprendí:
¡cómo cambian las cosas los años!
Angustia de saber muertas ya
la ilusión y la fe...
Perdón si me ves lagrimear...
¡Los recuerdos me han hecho mal!...”


Hay veces que nos cuesta entender como pudimos pasar, tan rápidamente, de ser íntimos, a volver a ser dos extraños. Y empezar a ser ex´s.

Es increíble como una persona de afuera, un completo extraño, de repente es dueño de nuestra vida. Se adueña de nuestro cuerpo, de nuestros pensamientos, de nuestros besos, de nuestros secretos, de nuestros miedos, de nuestras risas, de nuestro corazón. Y se coloca allá arriba, arriba de todos los demás. Y quizás hasta de nosotros mismos.
Y de golpe la relación se acaba, y esa persona se va de nuestras vidas llevándose con ella nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestros besos, nuestros secretos, nuestros miedos, nuestras risas, y parte nuestro corazón.
Pasa a ser un extraño más, pero que posee nuestras pertenencias. Y lo peor es que no podemos pedirle que nos las devuelva.

El ex es un extraño que sabe, y tiene, demasiadas cosas de uno.



Todo esto sale a flote cuando nos encontramos con nuestro ex.
Un mar de recuerdos cómplices inundan a los dos. Un mar tan placentero, como engañoso, porque te termina ahogando si te confías y te dejas flotar en él.

Todas las historias de amor nacen de gente, que al comienzo, eran unos perfectos extraños para nosotros. Extraños de los cuales nos enamoramos y luego logramos amar.
Lo interesante es que no nos parece raro que dos extraños se enamoren, pero si que dos personas que salieron años y se conocen mucho, decidan cortar.
Quizás el amor sea como un ciclo, y ambos vuelvan a ser dos extraños como al principio, pero esta vez, como dos extraños conocidos.





sábado, 16 de enero de 2010

El amor según Bronzino



La obra no tiene titulo pero se la conoce como “Alegoría del triunfo de Venus” o “Alegoría del amor”. Fue realizada por el artista italiano Angelo Bronzino, pintor oficial de los Médicis, a mediados del Siglo XVI, como regalo de Cosme I de Médicis para el rey de Francia.

Este cuadro representa al amor con todas sus facetas. Desde los placeres que ocasiona hasta las males que acarrea. Cada una de estas facetas están representadas por diferentes personajes que adornan la escena.
No hay una interpretación oficial sobre este cuadro. Existen tantas interpretaciones como años que nos separan de su creación. Esta es la mía.

Como personajes principales se encuentran Cupido (Eros) y Psique, aunque algunos dicen que es Venus.
Según la mitología, Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas. Venus (Afrodita), celosa de su belleza, envió a su hijo Cupido (Eros), para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que la haría enamorarse del hombre más horrible y malo. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y se la llevó volando hasta su palacio. (imagen)
En la escena se ve como Cupido, sobre un cojín rojo (color que representa a la pasión, acción, agresividad y al peligro), se entrega completamente a ella besándola y acariciándole un pecho, mientras ella sostiene la flecha oxidada con su mano derecha y una manzana dorada en la izquierda.
Ambos representan al amor en sí. El enamoramiento. La rebeldía de enamorarse a pesar de lo que digan o piensen los demás.

A la derecha de ellos se encuentra un niño que va corriendo hacia ellos con un manojo de rosas en sus manos con la actitud de arrojárselos. Posee también una pulsera de cascabeles en el tobillo y una sonrisa gigante.
Este niño representa la felicidad, el placer, la locura linda que les está por brindar el amor. Por eso su sonrisa y su pulsera de cascabel haciendo ruido al llegar. También representa la manera en que llega el amor a nuestras vidas, como un golpe inesperado de felicidad pura. Y el pintor lo plasma brindándole esa actitud de querer arrojarles las rosas bruscamente, rápidamente y sin que se den cuanta. Una gran sorpresa.



Detrás del niño se encuentra una bella niña con un vestido verde, pero que por debajo del mismo, se esconde un cuerpo con escamas, cola de serpiente y garras.
En sus manos lleva un panal de miel y un aguijón escorpión.
Esta niña representa el engaño. Nos advierte que nos podemos enamorar de personas que pueden parecernos bellos seres al principio, pero que luego pueden terminar siendo verdaderos monstruos y destrozarnos el corazón.
Por eso en una mano tiene un panal de miel, con el cual nos seduce para acercarnos, y por el otro un aguijón de escorpión para clavárnoslo por la espalda.
Y algo muy llamativo es que es la única que aparece vestida, quizás porque tiene algo que esconder.


A la izquierda se encuentra un hombre con un gesto desgarrador amarrándose la cabeza y gritando de dolor.
Representa todo lo malo del amor. Como los celos, el amor no correspondido, la infidelidad, el extrañar, el abandono y demás.




Arriba a la izquierda aparece una mujer con un faltante de su cabeza. Representa la memoria. Dicen que el área que le falta en la cabeza es el área de la memoria.
Esta mujer nos alerta de que en algún momento vamos a querer olvidar a alguien y no vamos a poder.



Arriba a la derecha está el viejo señor tiempo con su reloj de arena en su espalda tratando de tapar a la memoria con un manto azul (el color de la confianza, reserva, armonía, afecto, amistad, fidelidad y amor). Una gran imagen: EL tiempo lo cura todo, el tiempo te hará olvidarte de esa persona. Y también puede representar lo malo del tiempo: La rutina y el desgaste en la pareja.



Cuando Venus nació, despertó los celos de todas las diosas, a causa de su gran belleza. Entre las más preocupadas se destacaban Hera (Juno)  y Atenea (Minerva). Esto iba a generar futuros conflictos entre los Dioses.
Eris, la Diosa de la Discordia, estaba enfurecida por no haber sido invitada al casamiento de Peleo y Tetis (donde asistieron todos los Dioses menos ella) y decidió armar una pelea entre sus invitados como venganza. Fue entonces cuando creó una manzana de oro a la que marcó con la leyenda: "Para la más hermosa". Luego, la tiró donde la pudieran ver las tres Diosas que se consideraban las más bonitas (Afrodita, Hera, Minerva). Cuando la vieron, cada una empezó a decir que era de ella. Se armó un gran pleito, que tuvo que intervenir Zeus proclamando: "Esto que lo resuelva Paris". El joven debería decidir quién era la más hermosa de las tres, y por lo tanto, dueña de la manzana dorada. Hermes (Mercurio) se encargó de buscar, encontrar y entregarle la manzana a Paris para su juicio.
Cuando lo vieron a Paris, las Diosas creyeron que iba a ser un hombre fácil de persuadir y deciden sobornarlo. Hera lo llamó aparte y le dijo: “Si me escoges a mí, te hago dueño de toda el Asia”. Atenea por su lado, le dijo: “Si me escoges a mí, te vuelvo un sabio y hago que ganes todas las batallas que tengas con los griegos”. Y Afrodita lo llevó a un rincón y le dijo: “Si me escoges a mí, te doy a la mujer más hermosa del mundo”.
Paris, sin pensarlo dos veces, optó por la propuesta de Afrodita y le entregó la Manzana de la Discordia.
Finalmente salió Paris a buscar a la mujer más bonita del mundo llegando a Esparta.  Tocó en la puerta del palacio de Menelao, que era el rey de allá, y esposo de Helena, precisamente, la mujer más bonita del mundo. Paris decide raptar a Helena, y así se inicia la guerra de Troya.

miércoles, 13 de enero de 2010

Extrañar

Hay varias maneras de extrañar.
Hay una cuando extrañas lindos momentos como esos partidos de fútbol que se armaban en las horas libres del secundario, o los lentos en los asaltos, o el Italpark o simplemente ser niño.
Pensar en ellos nos hace revivir esos lindos momentos vividos con una sonrisa a la cara. Eso es nostalgia. Porque sabes que no lo vas a tener más, pero está bien, porque lo viviste y así tiene que ser.

El tema es cuando extrañas a alguien que necesitas ahora. Cuando querés que esa persona no sea más nostalgia y pase a ser presente otra vez.

¿Porque esa persona tiene que ser nostalgia? ¿Quién lo decide? ¿Y ahora mismo?Te sentís estafado. Todavía no querés extrañarla, pensás que tendría que haber pasado mucho más tiempo para estar viviendo esto. Pero no. No podes disfrutarla más.


Se te cayó el helado por la mitad.


Pero quizás no se fue. Extrañar a alguien significa que está todavía de alguna manera, pero de la peor. Está en esa canción, en ese olor, en esa prenda de ropa, en esos lugares, en esa provincia, en esos sueños, en vos mismo.

Eso es extrañar, sentir que está… pero no está.

Pero el que extraña es porque en algún momento fue feliz. Nadie extraña, por más que duela, a una persona que no lo hizo feliz.

Así que por más que a veces duela, siempre es mejor extrañar y haber sido feliz.
Eso lo entiendo. El problema es que no te quiero revivir en recuerdos todavía. Todavía no. Porque cada vez se me hace más extraño no extrañarte.




lunes, 11 de enero de 2010

¿Disfrutar por separado?

Hay dos facetas del amor que todos disfrutamos, y que buscamos disfrutar, en cada relación. La de estar enamorados y la de que estén enamorados de nosotros.

Hay pocas cosas tan lindas de vivir en la vida como la de estar enamorado. Esa sensación de entrega absoluta y sincera. Las mariposas en la panza, los nervios al verla o extrañarla siempre, hasta cuando no lo amerita el tiempo que pasó desde la ultima vez que la viste.
Y también disfrutamos sentir que están enamorados de nosotros. Sentir que somos importantes para alguien, que somos la persona más linda del mundo para alguien, la más inteligente y la más graciosa. Sentir que alguien nos cuida, y sobre todo, que alguien nos quiere.

El problema es que creemos que siempre se disfruta de ambas facetas en cualquier historia de amor que tengamos. Y en verdad es menos probable de lo que nos gustaría.

El dilema nace en que es muy difícil, que a la persona de cual nos enamoramos, le pase lo mismo que a nosotros. No digo que nunca pase, digo que es muy difícil. Por eso la mayoría de los enamoramientos no son correspondidos. Es así.


Pero igual no significa que no se terminen formando parejas después de todo. Porque más allá de esto, en estas relaciones ambos terminan disfrutando del “amor”, o parte de él. La diferencia está en que cada uno disfruta una faceta por separado. O sea, uno disfruta de estar enamorado y el otro disfruta que lo estén de uno. Como dos fichas de puzzle, pero que en verdad no encajan.

Es tan difícil que dos personas se enamoren y que se amen al mismo nivel, que estas parejas son muy comunes. Quizás la gran mayoría sean así o quizás todas lo sean
Depende de cada relación en particular que faceta nos vaya a tocar disfrutar. O quizás también haya gente que lo elige concientemente.
Seguramente cada uno de nosotros tiene tendencia por alguna faceta. Está el que necesita sentirse enamorado, y no le importa que pueda no ser correspondido, y está el que necesita que se enamoren de uno, para sentir seguridad sentimental y luego recién poder “enamorarse”.
Y algo me dice que los hombres se inclinan más por la primera y las mujeres más por la segunda.

¿Cuántas veces estuvimos alejados del amor verdadero sin saberlo?

martes, 5 de enero de 2010

¿Hay gente que besa bien y gente que besa mal?

No creo que nos acordemos de cada uno de los besos que tuvimos en nuestra vida, pero seguro recordamos los mejores.

Imposible olvidarse de esos grandes y ricos besos. Y obviamente, de la persona responsable de los mismos.
La importancia que tienen los besos en una relación es tan importante, que la expectativa de “¿Cómo besará?” es tan grande como la del sexo.

Siempre imaginamos el primer beso con esa persona que nos gusta. Claro que en nuestra imaginación siempre es algo lindo, siempre besa bien, siempre tiene buen aliento y demás. Pero los besos malos también existen. Nos desilusionen de manera enorme porque son un motivo importante para que una persona te guste menos que antes.
Los malos besos se quedan en la memoria tanto como los muy buenos.

¿Entonces hay gente que besa bien y gente que besa mal?

Si seguimos con esta línea hay un problema: Todos creemos que besamos bien.

Por lo tanto para que se cumpla la hipótesis, algunos de los que creemos que besamos bien, en verdad besamos mal, pero no lo sabemos.
Entonces ¿Cómo sabemos si somos de los que besan bien, o de los que besan mal, si todos creemos que besamos bien?

Esto es muy gracioso porque siempre somos nosotros los que identificamos a los que besan mal. Nunca decimos “uh, la bese pésimo”. Cosa que sí pasa con el sexo. Con el sexo uno puede tener mejores noches que otras y darse cuenta de eso. Pero con los besos no, es como que siempre besamos igual de bien.


¿Entonces qué es besar bien y que es besar mal?

¿Es algo que se aprende?


Algo “aprendimos” de nuestro alrededor ya que antes de que diéramos nuestros primeros besos ya teníamos un concepto de lo que es besar. Ya sabíamos que teníamos que unir nuestros labios con los de la otra persona. Un concepto cultural que fuimos armando mediante la observación de este acto, ya sea en nuestros padres, parejas en las plazas o en películas de Hollywood. Luego solo quedaba llevarlo a la práctica mediante la imitación.
¿Si nunca hubiéramos visto un beso antes, hubiéramos querido besar en la boca a la persona que nos gusta?
En Rusia los hombres se besan en la boca como saludo formal fraternal y el beso de los esquimales es frotarse las narices. Quizás en Alaska el que mejor besa es el que mas rápido frota su nariz. Muy diferente a lo que consideramos acá un buen beso.
¿Entonces el que besa bien es el que pudo imitar mejor la manera de besar de su cultura?


¿Pero hay solo una manera de besar?

Seguramente no. Cada uno de nosotros posee un estilo propio.
Pero tampoco pueden ser tan diferentes entre si, porque si cada persona llegara a tener su propio concepto de lo que es besar, tendríamos infinidad de anécdotas sobre las sorpresas que nos llevaríamos besando gente nueva. Gente que nos mete la lengua en la nariz, o que nos sopla la boca mientras nos muerde un diente y cosas así.
Más o menos todos besamos con un cierto lineamiento. Este lineamiento seguramente nace de conceptos culturales.

Y al mismo tiempo nacimos con el instinto de besar y de que sea en la boca. Desde bebes, la etapa oral y hasta el resto de nuestras vidas, fiel información nos brinda la boca. Temperatura, textura, sabor y forma. Mucho más confiable que otras áreas del cuerpo, quizás por eso necesitamos besar. Porque sin lugar a dudar los besos nos brindan mucha información sobre la otra persona, y sobre nosotros mismos, porque en el beso es donde nos damos cuanta cuanto nos gusta de verdad.

Entonces:

1-Hay una sola manera de besar y es algo que todos vamos aprendiendo. Y los que mejor besan los que practicaron más, o los que tuvieron mayor facilidad de aprender. Y por eso es más fácil reconocer a quienes lo hacen bien y quienes mal.

2-No existe una manera de besar. Cada uno tiene su estilo. Todo depende si combinan o no ambos estilos. No hay buenos o malos besadores, sino buenos o malos besos.

3-Una combinación de las anteriores. No hay una manera establecida de besar, pero sí hay ciertas reglas a seguir para todos los besos.

4-Quizás no existan buenos y malos besadores, o buenos y malos besos. Quizás solo existan las ganas de querer besar a esa persona. Y que los besos más ricos sean los más deseados.



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