Todos los hombres son más celosos estando en pareja. Pero no solo por el simple hecho de que tienen a alguien por quien estar celosos, sino porque estando en pareja ven más de cerca lo que es el mundo social-sexual de la mujer. Y terminan notando lo diferente que es con el suyo.
Muchas veces los celos en el hombre llegan cuando este empieza a notar que varios hombres se quieren acostar con su pareja.
Empiezan a notar que ese amigo se hace muy el simpático, que ese compañero de trabajo le mira los pechos, se enteran que el diariero no le cobra el diario los domingos y que el vecino la invito a tomar algo sabiendo que está con alguien. Y de repente…todos se quieren acostar con su mujer. Todos. Y ahí empieza la pequeña paranoia. Ahí nace el celo absurdo y sin motivo.
La preocupación inunda el sentido común de los hombres, y en algunos casos, hasta llegan a acusar a su pareja de provocar a estos hombres.
Algo raro está pasando y no logran saber como manejar la situación. Pero se olvidan de algo, se olvidan que el mundo de las mujeres es muy diferente al de ellos. Y se olvidan que las mujeres poseen una oferta sexual muchísimo mayor a la de ellos. Y que eso es algo normal.
El hombre muchas veces se olvida que a las mujeres las miran y les dicen cosas sexuales desde que son niñas. Que las invitan a salir siempre, estén solteras, de novias, casadas o sean lesbianas. Se olvidan que la mujer aprendió a convivir con esta oferta sexual desde edades en las cuales él ni pensaba en sexo.
Muchas veces los celos en el hombre llegan cuando este empieza a notar que varios hombres se quieren acostar con su pareja.
Empiezan a notar que ese amigo se hace muy el simpático, que ese compañero de trabajo le mira los pechos, se enteran que el diariero no le cobra el diario los domingos y que el vecino la invito a tomar algo sabiendo que está con alguien. Y de repente…todos se quieren acostar con su mujer. Todos. Y ahí empieza la pequeña paranoia. Ahí nace el celo absurdo y sin motivo.
La preocupación inunda el sentido común de los hombres, y en algunos casos, hasta llegan a acusar a su pareja de provocar a estos hombres.
Algo raro está pasando y no logran saber como manejar la situación. Pero se olvidan de algo, se olvidan que el mundo de las mujeres es muy diferente al de ellos. Y se olvidan que las mujeres poseen una oferta sexual muchísimo mayor a la de ellos. Y que eso es algo normal.
El hombre muchas veces se olvida que a las mujeres las miran y les dicen cosas sexuales desde que son niñas. Que las invitan a salir siempre, estén solteras, de novias, casadas o sean lesbianas. Se olvidan que la mujer aprendió a convivir con esta oferta sexual desde edades en las cuales él ni pensaba en sexo.
Por eso para ellas es normal tener que lidiar con una amplia oferta sexual. Y lo hacen todo el tiempo, en cualquier lugar, en cualquier circunstancia y con cualquier postulante. Son expertas en el tema.
Están acostumbradas a subirse a un taxi y que el tachero las invite a tomar un café, o que alguien las siga en la calle, o que un amigo se les declare, o que un compañero de facultad insista todo el tiempo o que una docena de tipos les hable en un bar. Ellas están acostumbradas a que cualquiera las quiera llevar a la cama, pero eso no significa que lo hagan con cualquiera. Se que suena obvio, pero hay muchos hombres celosos que no lo ven.
Porque para los hombres ese mundo donde la oferta sexual viene sola no existe. El hombre no está acostumbrado a que las mujeres se le acerquen o le insinúen. Porque por más fachero que sea un hombre, no logra ni la mitad de propuestas que una mujer normal puede lograr en una noche. El hombre no esta acostumbrado a tener propuestas sexuales sin buscarlas. Es él el que se acerca a conquistar a una mujer. El hombre está acostumbrado a que la oferta sexual llegue porque él la busco. Por eso al hombre celoso absurdo le cuesta entender que a su pareja le lleguen propuestas solas. El hombre celoso absurdo cree que ella las provocó.
Aquí hay una clave, el hombre celoso absurdo no logra entender que a una mujer se le acerquen hombres sin que ella no haya hecho nada. Y también tiene miedo de que a su pareja se le haga difícil no tentarse ante tanta oferta sexual, pero porque en verdad, es al hombre al que se le haría difícil no tentarse ante tanta oferta sexual, no a la mujer.
El motivo de los celos absurdos en el hombre, es pensar que su mujer piensa sexualmente como él, o sea como un hombre. Y por eso cree que podría hacer lo que cualquier hombre seguramente haría en su situación. Pero una mujer piensa sexualmente como una mujer, y descifrar eso ya es otro tema.
Los celos absurdos, sin motivos, son los celos por el solo hecho de ser del sexo opuesto y todavía no entenderlo. Otra vez cometemos el error de intentar descifrar las leyes del sexo opuesto, usando las leyes del nuestro.