lunes, 30 de noviembre de 2009

Amor y cultura

¿Hasta que punto el amor es algo biológico y no una construcción cultural para poder participar de una estructura social ya establecida con el único fin de cualquier especie en este planeta, la reproducción?


Todos los que pertenecemos a la cultura occidental tenemos un concepto del amor diferente a la de las demás culturas. Creemos que nuestro concepto del amor es el verdadero, y que los ejemplos de poligamia, arreglos matrimoniales o de incesto en otras culturas solo son rituales donde reina más el rechazo nuestro que el ejemplo de amor verdadero.

¿Pero por que sentimos que somos los verdaderos dueños del “verdadero amor” y ellos no?


¿El amor se adapta a la cultura o la cultura se adapta al amor?



Por ejemplo:


-Entre los Danakil del África Occidental, el novio debe haber matado a un hombre para obtener el derecho a casarse. Las costumbres sanguinarias de esta tribu exigen esta imprescindible prueba de virilidad para encontrar esposa.


-Entre los Benilaam, en Egipto, existe la costumbre de raptar a la novia. Una vez materializado el hecho, los padres de ella se presentan ante el consejo de ancianos vestidos de luto y demostrando honda tristeza, otro tanto hace la familia del raptor. El presidente del consejo interviene en la discusión hasta que llegan a un pacto acerca de la indemnización que recibirá la familia de la novia, contabilizada muchas veces en camellos. Finalizado el acuerdo, se celebra el casamiento con un suculento banquete.


-En algunas regiones de China, los matrimonios son congeniados por los padres de los futuros cónyuges desde el nacimiento de éstos.

-O la poligamia en varias otras culturas.


Estos son fieles ejemplos del amor adaptándose a una cultura (o no). Y al instante pensamos “pobres, no los dejan amar”, “no los dejan elegir su pareja” o “no conocen el amor”. ¿Pero podemos afirmar que no existe el amor en otras culturas? Seria terrible pensar eso. Seguramente ellos dirán de nosotros: “los occidentales eligen a cualquier persona como su pareja y así tienen al mayor porcentaje de divorcios”.


¿QUÉ ES EL AMOR ENTONCES SI CADA CULTURA LO DEFINE COMO TAL?


Nosotros pensamos que si a una persona le eligen su pareja, no la va a amar porque nunca se enamoro antes de ella. ¿Pero cuantas veces nosotros elegimos a alguien para luego enamorarnos de esa persona? Por apariencia física, gustos en común, seguridad, comodidad, capricho, y luego vemos que nos equivocamos y que nunca realmente la amamos.¿Y cuantas veces nació el amor verdadero en parejas que nacieron porque sus amigos o familiares los presentaron entre si.
Hay influencias externas también en nuestra cultura que nos llevan a enamorarnos o a creer enamorarnos de alguien.


Entonces no tenemos mucha diferencia con ellos. Ambos creamos una interpretación de lo que es el amor según nuestra cultura. Ninguna cultura puede manejarlo, definirlo o controlarlo realmente.

Porque el amor tiene su propia ley, que no podrá ser descifrada por ninguna cultura, pero que si podrá ser disfrutada por todas.

Por lo tanto la idea es encontrar a esa persona que entiende el amor igual que vos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Regar la pareja

Dicen que al amor hay que regarlo todos los días. Que es algo que se construye de a dos. Y que esa es la clave para que dos personas sigan enamoradas para toda la vida.

De nuevo esta clase de dichos nos confirman el deseo del hombre por querer dominar al amor.

Creer que el amor es algo que se construye da lugar a pensar que dos personas si quieren pueden enamorarse, solo tienen que armar un corazón como si estuviera compuesto por ladrillos.
Pensar que nosotros lo creamos es muy egocéntrico. El amor no es algo que se construye, y menos que está en nuestras manos podes hacerlo. El amor aparece solo y se instala sin pedir permiso. Porque nunca no nos enamoramos de quién queremos, sino de quién nos enamoramos. Por eso nada tenemos que ver con su creación.

El dicho “regarlo todos los días” da a entender que el amor dura lo que dura gracias a nosotros. Como si la responsabilidad de lo que dura cada pareja caiga sobre la pareja y no sobre el amor que existe entre ellos. Porque todos sabemos que el amor llega y se va sin avisar. Y que nada podemos hacer cuando decide irse solo.

Pero hay algo que sí nosotros podemos construir y mantener: La relación de pareja.

Y acá está la diferencia.

Una cosa es el amor que exista entre dos personas y otra cosa es como se lleven esas dos personas. Pueden estar enamorados y llevarse mal, como pueden llevarse muy bien y no estar enamoradas. Son dos cosas diferentes. Su amor y su relación como personas.
De hecho hay muchas parejas de enamorados que no pudieron seguir porque no se entendían como individuos. No podían convivir. Y por más que estén enamorados, su mala relación de pareja no les permitió seguir.

Por eso cuando hablamos de “construir el amor” o “regar el amor”, en verdad nos referimos a construir y regar la pareja.
Porque cuando dos personas se enamoran tienen que aprender a convivir, porque ya no viven más solas, ahora tienen que convivir en un mismo corazón.


lunes, 16 de noviembre de 2009

Dime con quién andas y te diré tu estado civil.

Las mujeres tienden a sentirse influenciadas por el estado civil de sus amigas.
No digo que les pase a todas, ni que sea algo conciente siempre. Pero si una mujer está soltera tiende a manejarse con amigas que también lo estén. Y lo mismo si está de novia o casada. Simplemente porque se sienten más cómodas.
Buscan cierta identificación social basada en su estado civil. Porque no es nada fácil para una mujer salir con amigas que estén todas casadas y ella no. Quizás porque de esa manera siente más que esta soltera. Y a las mujeres les pesa más socialmente la soltería que a los hombres.

Tienen más predisposición a cambiar su estado civil al del grupo de amigas al cual pertenece, porque es más fácil para una mujer ponerse de novia si es la única del grupo que no lo esta. Y eso sin contar que las amigas la viven rifando a los amigos de sus novios.
Pero lo más interesantes es que al mismo tiempo hay chicas que no sienten esa presión de querer pertenecer al estado civil del grupo de sus amigas, que no sienten ganas de estar de novias por el solo hecho de que sus amigas lo estén. Pero lo gracioso es, que justamente sin buscarlo, ese grupo social le coloca el cartel de soltera al vivir presentándole candidatos u organizando salidas de parejas. Y esto hace que se sienta incomoda, tan incomoda que en algunos casos, prefiere cambiar y salir con amigas solteras.

Sin darse cuenta algunas mujeres arman como una especie de pacto entre sus amigas. Y no solo se cuidan entre ellas, sino que también cuidan el estado civil del grupo. Por eso cuando alguna amiga del grupo se pone de novia hay como una especie de paréntesis. Hay casos en donde la que empieza a estar de novia intenta que las demás lo estén por miedo a perderlas como amigas de salidas, o simplemente para poder compartir su estado civil con ellas.

Por eso es común que si una se pone de novia, haya tendencia de que las demás lo empiecen a estar. Es como que no soportan tampoco que todas se empiecen a ponerse de novias y una no.


¿Por qué influye tanto el estado civil en las mujeres para su vida social?

El de los hombres tiende a ser siempre el mismo. Es más difícil que el hombre cambie su vida social según su estado civil. El grupo de amigos es el mismo de siempre. No importa si uno se pone de novio o se casa o esta soltero. En general las salidas seguirán siendo las mismas. Si van a bailar todos los sábados, lo seguirán haciendo y el que esta de novio o casado seguirá acompañando a los solteros, pero no porque son solteros, sino porque son sus amigos de siempre. (Algo que alguna que otra mujer celosa le cuesta entender)

Obviamente hay excepciones en ambos sexos. Por eso lo importante es que nuestro estado civil no influya demasiado sobre nuestra vida social…y viceversa.

Pero lo más sorprendente, y donde quizás descanse otra posible respuesta a este planteo, es que a nuestra soltería o nuestro matrimonio, lo llamamos estado civil, envés de llamarlo estado sentimental.


jueves, 12 de noviembre de 2009

Nada complicado

Estamos acostumbrados a escuchar la frase “El amor es complicado” o “El amor no es cosa fácil”. Y terminamos echándole la culpa al amor de que una relación no funcione o termine.

Y lo interesante es que el amor es lo más simple que hay en verdad. Los únicos complicados somos nosotros.
Todos somos seres extraños, distintos, y está perfecto que así lo sea.
Por lo tanto nadie es el candidato ideal para nadie. No existe ese concepto de “somos iguales” o “somos tal para cual”. Pero es la magia del enamoramiento la que nos hace creer que sí lo somos. Y ahí está la clave del amor.

El amor logra que dos extraños, diferentes y complicados sientan que se conocen de toda la vida.

El amor logra que dos imperfectos logren una relación perfecta.

Por eso no hay que decir que “El amor es complicado” porque justamente es el amor el que logra, que lo complicado de unir a dos personas diferentes, parezca tan fácil.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

La droga del dejado

A todos alguna vez nos han dejado, o no han sentido lo mismo por nosotros, o directamente no nos dieron ni la hora. Y tuvimos que lidiar con un amor no correspondido, que no es tarea fácil para nadie.
Sentimos una especie de “injusticia”. ¿Por qué no soy la persona ideal para ella? ¿Por qué me dejó?
Y casi sin darnos cuenta recurrimos a uno de los mecanismos más simples para aliviar ese dolor. Una especie de “droga” que nos hace sentir mejor, auque sea por poco tiempo. Una especie de “venganza” del dejado.

Imaginamos situaciones en donde ella nos vea feliz con otra mujer, y con una muy hermosa. O imaginamos que tenemos un gran éxito en nuestra profesión, que nos sale un gran negocio y nos llenamos de plata. 0 que nuestro arte tiene un gran éxito y nos hacemos conocidos.
Imaginamos situaciones de éxito personal a raíz de que ella nos dejo. Una manera de que vea que estamos mejor sin ella. Buscamos que se arrepienta de habernos dejado.
Y claro está, que ella se entere por casualidad. Que ella nos vea con esa mujer de casualidad en la calle, o en el cumpleaños de un amigo en común. Y que un tercero le comente de nuestros logros. Pero que nunca se entere por nosotros. Porque es una manera de demostrarle que no nos importa más, que estamos muy ocupados con nuestra nueva gran vida gracias a que ella nos dejo.


Pero estas ilusiones no son otra cosa que una gran mentira.

Es solo la droga del dejado para escapar de la realidad y sentirse bien por un instante. Nos imaginamos esas situaciones porque en verdad deseamos que se arrepienta de habernos dejado. Buscamos “justicia”.

Imaginar que la otra persona se arrepienta o que se sienta mal por nosotros, no es una señale de que la estamos olvidando, al contrario. La única señal que nos indique que la estamos olvidamos, aparece cuando ya la olvidamos, por eso no nos daremos cuenta.

Mientras tanto nuestro gran amigo Tiempo nos ayuda, y estas ilusiones, nos harán el viaje un poco más entretenido. Como esas películas en un viaje de larga distancia.

Nada pesa más, en el final de una relación, que la mochila del dejado.
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