lunes, 14 de abril de 2008

El aroma

La primera etapa de enamoramiento abarca desde el primer contacto con la persona, hasta el primer beso.
En esa etapa el enamoramiento se va construyendo gracias al trabajo de nuestros sentidos, que son los que nos brindan información sobre esta persona. Seguramente el sentido al cual le damos el mayor protagonismo y lo cargamos con la mayor responsabilidad en la elección, es la vista.
¿Por qué nos gusta un cuadro? Porque simplemente nos hace sentir bien al verlo, no sabemos bien por que, pero no podemos quitarle nuestros ojos de encima. Lo mismo pasa con las personas. Nos cautiva, no podemos dejar de mirarla, porque mirarla nos hace bien. Y ese reconocimiento es solo de uno.
Muchas veces podemos reconocer grandes cuadros como los mejores y los más perfectos, pero a veces simplemente preferimos otro, uno que nos guste más personalmente. Y es gracioso que una de las primeras preguntas de nuestros amigos sea “¿Es lindo/a?”, cuando sabemos bien que la vista da la información mas pobre sobre una persona. Pero de todas maneras esa persona tiene algo, esa persona es hermosa para nuestros ojos que juzgan solos.

Otro sentido posee la responsabilidad más importante, el oído. ¿Por qué nos gusta escuchar a los Beatles? porque simplemente nos hace bien, nos relajan y nos encanta saber que tienen para decir y poder sentir su forma de expresión. Es increíble que podamos definir a una persona como interesante, copada, feliz, negativa, agresiva, buena, bondadosa, tranquila, segura de si misma, graciosa, inteligente, amable, agradable, dulce y demás, utilizando solo el oído. Nos olvidamos muchas veces de él, y nos da una información vital, nos dice como piensa y nos describe el paradigma de esa persona. En otras palabras, nos dice quien es realmente.

Y por ultimo tenemos al sentido más olvidado en esta etapa, el olfato. Lo dejamos de lado porque seguramente se les viene a la cabeza la imagen de dos perros oliéndose y dicen: “yo no voy a oler a una persona para saber si me gusta”, y entiendo la reacción. Pero nosotros tenemos olfato, claro que de menor nivel que el de los perros, Dios nos dio la razón a cambio de vagos sentidos. Pero el olfato no tiene que tener menor importancia que nuestra vista u oídos, él nos brinda más información de la que pensamos. ¿Nunca se pusieron a pensar sobre el famoso “no se que”, al cual le damos la responsabilidad de que nos termine gustando alguien? Porque esa persona nos puede atraer físicamente y nos puede atraer su forma de pensar y demás, ¿Pero no hace falta ese “no se que” que nos hace darnos cuanta que nos gusta? Bueno, ese “no se que” para mi, es el olor de esa persona que nos encanta.
Todos tenemos nuestro olor o aroma propio. No importa si nos bañamos, o si no nos bañamos, o si nos ponemos litros de perfume o no, nuestro olor siempre esta de manera dominante en el aire que nos rodea. Ese olor que se siente al besar su cuello o respirando en su almohada luego de su partida. Ese olor que queda impregnado en nuestra ropa y en su ropa. Y luego es ese olor el que nos acerca más a esa persona cuando no esta, más que una foto o una filmación, porque si cerramos los ojos y olemos, es como si estuviera acá.


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