lunes, 14 de abril de 2008

El primer llamado

La distancia no separa personas, solo las obliga a extrañarse un poco más.


Es increíble como el hombre siempre a buscado la manera de comunicarse y de estar en contacto permanente con sus pares.
Encontrar una manera de sentir a esa persona junto a su lado, este donde este. Pero por ejemplo nunca nos ponemos a pensar en lo mágico que es hablar por teléfono. Osea… estas hablando en vivo y directo con alguien que puede estar en la otra punta del mundo, imagínense el efecto que causo en el Siglo XIX.

Aparte gran compañero el teléfono. Si nos habrá soportado, sin quejarse, las veces que hemos querido llamar a una chica/o y hemos marcado casi todos los números, y sin llegar al último numero, cortamos por que nos ponemos nervios. O el famoso “no se que decirle” “¿De que le hablo?” y los amigos que dan esos consejos como “Decile que queres salir, que le gustas, y listo. No va a fallar”. Claro para ellos nunca falla. Y ahí mismo te imaginas vos llamando y diciendo “Hola, si, me gustas” y ahí mismo, la perdes para siempre.

Entonces llevas a cabo un plan, casi una excusa del porque del llamado. Planeas empezar hablando del estudio/trabajo y seguir por el clima, política, el miedo a la tercera guerra mundial, Pocho la Pantera, la vez que le vomitaste a una vieja en el Ytalpark y ahí, sin nada que ver con nada, la invitas a salir.
La mejor parte es que más de una vez (confesemos) practicamos el speech antes de hablar. Caminando y hablando solo, repitiendo lo que vas a decir y con el teléfono en la mano. Y tu mamà pasa y te dice “Prende el teléfono por lo menos”.
Después ambientas o buscas el lugar ideal para realizar el llamado. Pones música. Tratas de poner algo que ella escuche y diga “ahh escucha ese tema, es re capo”. Buscas estar solo y generalmente encerrado, ya sea tu cuarto, baño, placar, altillo, garaje, baúl del auto, lo que sea que te de privacidad. Juntas fuerzas, llamas….y da ocupado. Siempre da ocupado o no esta.

Y si te atiende, nunca terminas diciendo el speech, por los nervios, y la charla se transforma en una improvisación en la cual, lo único importante , es evitar los famosos “pozos de aire”. Encima con la suerte que tenes, dejaste sin darte cuenta, el reproductor de música en Shuflle y empieza a sonar ese único tema de Ricky Martin que tenes, ese que una vez te pasó una amiga y que te olvidaste de borrarlo. O entra tu Mamà preguntando a los gritos si estas bien de la descompostura que tuviste a la mañana. Siempre, siempre pasan esas cosas. Al final le haces la tan difícil pregunta y te dice que sí, y recién ahí los órganos vuelven a su lugar. Y después quedara como una anécdota de pareja. Y si te dice que no, quedara como una anécdota que la contaras entre tus amigos y como un reproche a tu mama que por culpa de ella no te dio bola (obvio).


Todos tenemos de estas anécdotas, tengas la edad que tengas.Beatles.PD:

¿Cuándo fue la última vez que escribiste una carta?

1 comentario:

  1. La última la escribí hace apenas un mes y a falta de sellos dejo emails mañaneros en los correos ajenos.

    Soy fan del buzón.

    P.D: yo he llegado a escribirme la frase incial en un papel antes de descolgar el teléfono por si me daba un ataque de esos en los que oyes el "diga?" y empiezas a guiñar un ojo y torcer el cuello mientras babeas.

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