martes, 14 de septiembre de 2010

El regalo de Julieta

No tengo hijos, mis hermanas no tienen hijos y mis amigos no tienen hijos. Lamentablemente mi contacto con los niños es muy escaso.

Un compañero de la facultad festejaba su cumpleaños en su casa, donde fui uno de los invitados. Al llegar me recibe una mesa larga vestida de cena. Sentados, alrededor de ella, se encontraban otros compañeros de la facultad, amigos y familiares del cumpleañero.
Pero el cumpleaños no iba a ser uno más del montón. Algo me llamó la atención, un detalle del cual no tenía ninguna expectativa ni noción, un detalle que no formaba parte de mis salidas cotidianas: Una pequeña niña, una pequeña niña que sería parte de nuestra reunión.
Julieta era una hermosa nena de tan solo 5 años que no se separaba de sus crayones y hojas blancas. Tenía un vestido blanco y unos zapatos que hacían juego, pero que se encontraban desparramados por el living, ya que ella prefería la comodidad de sentir donde estaba parada. Sus bucles también hablaban de ella, ya que no se dejaban atar  por la cinta blanca con bordado, que también hacia juego con toda su ropa. Julieta era hija de una de las invitadas, pero que poca noción tenia de eso, ya que rápidamente se convirtió en el centro de nuestro universo.

Saludé a todos los presentes, y cuando me acerqué a saludarla a ella, no me prestó ni la minina atención. Me dio tanto miedo otro rechazo, que no volví a insistirle y me senté en la mesa. 
Me sentí mal porque veía como todos podían interactuar con ella de manera tan fácil y yo no. Veía como ella respondía a sus llamados y a sus juegos y conmigo no.  ¿Sería porque no tenía experiencia con niños o simplemente porque era un incapaz de interactuar con ellos?

La cena comenzó, la noche siguió y el cumpleaños tomó vuelo. La comida era deliciosa, y las charlas no se quedaban atrás. Poco a poco pasamos al postre y así al café. Habían pasado horas desde ese accidentado encuentro con la niña, hasta que alguien me preguntó: “¿Y vos como te llamas? Al girar la cabeza noté que Julieta se había sentado al lado mió en algún momento y no lo había notado. “Mi nombre es Luis”, le dije, y ella me respondió con una hermosa pregunta: “¿Y cómo se escribe tu nombre?”.
Tomé uno de sus crayones de color y escribí en su blanca hoja: “LUIS”. Apenas terminé de hacerlo, y casi como un relámpago, agarró la hoja y se fue corriendo. Sentí que había sido mi oportunidad de acercarme a ella y que no había hecho lo suficiente.
Seguí con mi café y mis charlas, cuando de repente, alguien me dice: “Ya aprendí a escribir tu nombre”. En aquella hoja blanca se leían varios “LUIS” en señal de que se distanció de mí para poder practicar mi nombre. Desde ese momento se quedó conmigo para que le enseñe a escribir  los demás nombres de los presentes.

En algún momento se acercó su mamá para saber en que andaba su pequeña niña y ambos le contamos de nuestra actividad. La madre se sorprendió y decidió realizar un pequeño juego para que su hija se luzca con lo aprendido. El juego consistía en que la pequeña debería adivinar el nombre del invitado que la madre le señalaría con su dedo.
Julieta no se pudo lucir realmente, era mucha información de golpe para una niña de tan sol 5 años. Pero si existía alguien con el cual ella podría lucirse, era conmigo y mi nombre.
Después de algunos errores de Julieta, la madre apunta su dedo hacia mí. No podía fallar, ella sabía mi nombre, ella me lo había preguntado, yo se lo había enseñado, ella lo había practicado y habíamos pasado horas jugando juntos. Pero Julieta se equivocó, no dijo: “Luis”, dijo: “Papá”.

Inmediatamente la madre la corrigió aclarándole que yo no era “Papá” sino “Luis”, y obviamente el juego llegó a su fin. Nunca nadie me había dicho Papá.
Después la madre se acercó, y con mucha vergüenza, me pidió perdón por lo sucedido. Obviamente le dije que no hacia falta y que para mí había sido un gesto muy dulce.
Yo no conocía a la madre ni a la niña hasta ese día, así que no sé si el padre existía o que protagonismo tenía, pero se ve que mucho no.

Pasado el “mal entendido”, me quedé un rato más en el cumpleaños hasta que decidí retirarme. Empecé saludando a los adultos, pero no le tomó mucho tiempo a Julieta entender que me estaba yendo.
¿Cómo explicar una escena en la cual una niña de 5 años viene llorando a abrazarte para que no te vayas?
No me podía ir, simplemente no podía. Esperamos unos segundos hasta que la mamá mirándome, de manera cómplice, dice: “No llores Julieta, que él vuelve. Va al kiosco y vuelve ¿No es cierto Luis?”. Nunca una simple y piadosa mentira me costó tanto.
Mientras bajábamos por el ascensor, mi compañero se sorprendió de que Julieta no me hubiese regalado un dibujo después de tan afectiva despedida. Y tenía razón, Julieta no me regaló ningún dibujo, pero me regaló otra cosa, algo original y que jamás olvidaré, me regaló un: “Papà”.
Julieta me regaló el poder sentirme Padre, aunque sea, lo que dura un mal entendido.



35 comentarios:

  1. Que emotivo Luis!

    Sos muy dulce, por eso ella te lo regaló, que excelente tu relato.
    Gracias por compartirlo!

    Un abrazo.

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  2. Los regalos de los chicos si son considerados para mi un regalo.
    Sin costo alguno, sencillos, o como en este caso una palabra, son los que mas motivan.

    Abrazo grande y buen dia para ti.

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  3. Que momento!! Ya te llegara el momento de que te digan papa en forma permanente y sin malos entendidos, por lo pronto tomalo como un anticipo... o no??

    Te espero por mi blog...

    Media Veronica

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  4. Luis, no hay mucho que preguntar sobre ese padre, ya que la nena dejó ver en esa repetiíón angustiosa, la partida de él. No sé de qué manera ha partido, pero lo hizo o lo hace seguido, seguramente.

    Ella te demostró que los chicos están totalmente despojados de los temores que tenemos los adultos, por ejemplo, al rechazo. Lo captó en vos y rompió tu barrera del miedo con el amor y, simplemente te llegó al corazón, tocó tu lado paternal o lo despertó.

    Qué hermoso que alguien nos nombre, no?. Nos hace sentir incluidos, tenidos en cuenta.

    Besos!

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  5. Ya comenté en Facebook; pero repito lo mucho que me gustó =').

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  6. ¡Hermoso y muy emotivo!
    ¡Sos tan dulce!
    Besos y gracias por compartirlo.

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  7. Los chicos son tan puros, sin maldad.
    Tienen tanta inocencia...
    Gracias por compartir esto con nosotros, se me erizó la piel mientras leía.
    Ya llegará tu tiempo de ser padre, mientras tanto, disfrutá de ese regalo hermoso que te dio Julieta.
    Besos

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  8. Sabés cómo subieron tus acciones en la bolsa con este post!! Las chicas deliran por esa sensibilidad

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  9. Jooooo pero que linda julieta!!!! Me encantan las niñas!!! Felicidades por haber sido su elegido...y eso de no saber interactur...luisito como ves es sólo un instinto abres el corazón y tachán! Regalos del cielo

    besosssss

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  10. Hoy necesitaba sentir que alguien más podía ser sensible y me topé con tu blog. Encontré en dos post más respuestas de las que buscaba, lo que es demasiado para 10 minutos de lectura. No se si alguna vez imaginaste que podías ayudar con lo que escribías, pero hoy, quieras o no, lo hiciste, asi que gracias por eso.

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  11. El relato más dulce que leyera jamás...
    Serás un gran papá Luis! Julieta hizo el vaticinio!

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  12. Pero que dulzura! Que hermoso momento tambien debe hacer sido no?
    Ya llegará el tuyo en el que te llamen papá los propios enanos! :)
    Quizás ña vida te sorprenda, no?

    Salúdote! :)

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  13. Se me puso la piel de gallina...

    Que ternura... =)

    Hermoso relato Luis

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  14. por cierto, si un niño se te acerca, es porque tienes buenas vibras...
    Es muy lindo eso. Quiere decir que sos un niño todavía.

    Hay que jugar, L, jugar =)

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  15. Qué hermosa historia Luis! Tierna e inspiradora :)

    Sin duda fue el mejor regalo, y Julieta muy perceptiva para saber a quien debía dárselo.

    Besos

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  16. Cómo a veces una palabra puede llegarnos tan profundo.

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  17. Habrá sido un ¨papá¨premonitorio?
    saludos!

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  18. Wow!

    La verdad me atrapaste. Quedé compenetrada en la historia y el final me encantó.

    Ese sí que fue un buen regalo.

    Un abrazo!

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  19. lucho... seguis c los buenos posts!!

    tiernoo de punta a punta sr!!!

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  20. Disfruta de ese regalo.
    Me ha emocionado.

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  21. No tenemos la menor idea de lo que suscitamos en los demas, por eso nos llevamos estas sorpresas.
    Muy fuerte...
    beso

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  22. sos un tierno ! me gusta mucho como escribis, me emocionas.

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  23. Los chicos siempre nos enseñan algo...no? quizás porque nos exponen... a verdades sin vueltas a dichos sin prejuicios y en tu caso, quizás... a una ilusión que buscar hacer realidad...
    Suerte!!
    C.

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  24. Para ella fuiste su papa en esos mágicos momento hubo una conexión que te sintió así ...lo niños derraman inocencia y tu ternura la conquisto hermoso y una linda alma la tuya ...besos

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  25. Muy bueno, muy bueno. Como dijeron, fuerte y emotivo.
    un beso, Luis.

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  26. Qué lindo relato! Qué momento!

    Cariños

    http://secretariadejulieta.blogspot.com

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  27. me mataste, hermoso post! besos muchos!

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  28. No podía irme a dormir sin leerte...y me dejaste absolutamente sin palabras...Qué hermoso regalo, y qué sensibilidad profunda desplegaste para poder recibirlo y dejar que te atraviece...Say no more!!! Insisto...presiento un gran Papá en vos, Luis!!

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  29. Qué lindo relato! Felicitaciones! "Una mesa larga vestida de cena"...impecable!

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