Cuando la paso a buscar por su casa la veo bajar y noto lo hermosa que es.
Mi Ello quiere besarla, quitare toda la ropa y penetrarla ahí mismo. Mi Superyó quiere que le abra la puerta, le pregunte como se encuentra, la bese en la mano, la trate de usted y la invite a dirigirnos al restaurante. Mi Yo, finalmente, decide que la bese con un simple beso en la mejilla y que le diga lo hermosa que está.
Al llegar al lugar un mozo nos atiende de muy mala manera.
Mi Ello quiere matarlo. Mi Superyó quiere que lo deje pasar. Mi Yo, finalmente, decide sólo mirarlo mal.
Tengo mucha hambre y veo que un hombre al lado de mi mesa, está comiendo un plato muy rico.
Mi Ello quiere que me pare, lo mate y me ponga a comer su comida. Mi Superyó quiere que me quede sentado, que no moleste al señor y le pregunte al mozo por aquel plato. Mi Yo decide que le pregunte al señor cúal es el plato que está comiendo.
En un momento noto como ella lleva el tenedor con comida a su boca; y luego lo limpia con unos enormes y hermosos labios rosas.
Mi Ello quiere tirar la mesa por los aires, agarrarla, besarla, quitarle toda la ropa y penetrarla ahí mismo. Mi Superyó quiere que hablemos de la familia, la religion, la sociedad y la lucha del hambre en el mundo. Mi Yo decide que le pregunte si estaba rico ese bocado.
A salir del lugar la acompaño a la casa, y al llegar a la misma, me invita a subir a tomar un café.
Mi Ello quiere que le grite que sí, mientras la beso, le arranco la ropa y la penetro ahí mismo. Mi Superyó quiere que le diga “No quiero ser impertinente a estas horas, pero si usted no tiene ningún inconveniente, acepto la invitación con gran jolgorio”. Mi Yo decide que le diga que sí, que yo ya lo venía pensando hace 2 cuadras.
Ya dentro de su casa, y luego de tomarnos un café, me invita a sentarme a su lado en el sillón, con cierto aire sensual.
Mi Ello quiere que me tire al sillón para besarla, arrancarle toda la ropa y penetrarla ahí mismo. Mi Superyó quiere que me siente al lado de ella, la mire fijo a los ojos, y la llene de indicios de que la voy a besar. Mi Yo decide que me siente al lado de ella y le robe un beso.
Entramos en un baile en donde nuestros labios sabían perfectamente como tenían que llevar uno al otro.
Mi Ello quería arrancarle la ropa y penetrarla ahí mismo. Mi Superyó quería empezar a quitarle la ropa, pero sin rompérsela. Mi Yo logra que le pregunte si podíamos ir a un lugar más cómodo.
Ya en la cama, y ambos desnudos.
Mi Ello quiere penetrarla sin cuidarnos. Mi Superyó quiere que no tengamos relaciones hasta no tener los resultados de ambos sobre toda posible enfermedad de transmicion sexual, que ella tome pastillas, yo preservativo y que calculemos los días de fertilidad. Mi Yo logra que me ponga el preservativo a tiempo.
Y las sabanas empiezan a crear hermosas formas.
Mi Ello grita: “¡Por fin!”.
Luego, mientras charlábamos en la cama, me doy cuenta que me gusta mucho. Se hace tarde y decido retirarme.
Mi Ello quiere que le diga que me enamoré de ella, que me quiero casar y tener hijos mientras la beso y la penetro nuevamente sobre mi bolso que traje para mudarme con ella. Mi Superyó quiere que le diga que tuve una grata noche con ella y que deberíamos volver a repetir la experiancia. Mi Yo decide que le simplemente le diga que me encanta.
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Marta Minujín |