miércoles, 29 de julio de 2009

Mujer soltera con culpa

Algunas mujeres no ven a la soltería como un estado civil o una elección personal, sino como un problema que tienen que resolver. Algo que no puede seguir así.
Siempre llega un momento en el cual creen que ya pasó mucho tiempo para seguir estando solteras, y por eso empiezan a sospechar que algo mal están haciendo. Ya sea porque siempre eligen malos candidatos, porque no logran que los buenos se queden con ellas o porque no logran enamorarse del que se enamoró de ellas. Y cometen el grave error de echarse la culpa a ellas mismas de su soltería.



Creer que la culpa es de ellas trae como consecuencia grandes errores como intentar quedarse con el que esta enamorado de ellas, solo porque creen que son ellas las que cometen algún error y entonces se dejan convencer. Creen que de esa manera algún día ellas se van a terminar enamorar de él, solo porque él lo esta de ellas.
Tratan a toda costa que la relación funcione. Y muchas veces termina funcionando, pero bajo el ideal del otro. Se esconden bajo la seguridad y la determinación que les brinda el enamorado y se convierten en la novia perfecta que siempre quisieron ser. Pero solo para él. No para ellas, porque ellas ya se olvidaron de ser ellas mismas hace rato. Y eso no es amor.

Echarnos la culpa de nuestra soltería es una de las mayores estupideces que podemos cometer. Solo sirve para que tengamos miedo a ser nosotros mismos y creer que cometemos errores en el amor.

Pero en el amor ningún error puede cometer el que elije ser uno mismo.

lunes, 27 de julio de 2009

Descalzo


No estaba en mi casa. No sabía que lugar era, pero no era mi casa.
Estaba con un grupo de gente y ellos se acababan de ir a dar una vuelta por la zona. Yo tenía puesto un jogging, buzo y estaba descalzo cuando al quedarnos solos me pediste que te acompañara a un lugar. Yo no sabía que estabas ahí conmigo, pensé que estaba solo y me sorprendí al escuchar tu voz. Después que lograste convencerme, porque la idea de estar nuevamente solos no me cerraba, negociamos para que fuera a un lugar cercano porque yo estaba descalzo. Vos me prometiste que así iba a ser y que no me preocupara por las zapatillas.
Me llevaste al centro del pueblo. Me hiciste caminar por todas las cuadras de negocios. Y no hacíamos otra cosa que reírnos y reírnos de los negros que se estaban poniendo mis pies. Seguramente fue una picardía tuya. Pero no me molestó en absoluto, al contrario. En ningún momento me enoje o pensé en volver a buscar las zapatillas. Me reía de ver cómo te reías de mí y de mis pies negros de tanto caminar.
Era como la avenida Cabildo llena de gente un sábado a la tarde. Caminábamos juntos charlando, cuando por momentos, me mirabas los pies y era cuestión de segundos para que ambos termináramos estallando nuevamente de risa.
Había perdido el prejuicio de caminar descalzo por la ciudad y del que dirán de los demás.
Luego, y sin saber si compraste algo o no, volvimos a la casa en una camioneta blanca. La zona ya tenía más textura, era una especie de campo o zona de quintas.
En un momento nos perdimos y el miedo nos inundó a los dos. Pero escuchamos una voz familiar que nos guió hacia un auto blanco que también estaba yendo la casa. Lo seguimos. Era la voz de nuestra amiga. Llegamos entre carcajadas y bromas.
La casa era enorme, blanca y muy linda. Se festejaba un evento o había especie de fiesta. Los invitados estaban llegando y todos vestían de blanco, todos. Pero vos no, vos eras la única de color.
Yo no quería ir. Estaba de jogging, pies sucios y sin zapatillas. De verdad me sentía muy incomodo.
En medio de ese dilema, y mientras nos bajábamos de la camioneta blanca, te perdí de vista. Nunca más te vi. No se si fuiste a la fiesta en la casa o no. No se. Pero nunca más te vi y yo nunca logré llegar a esa casa.

jueves, 23 de julio de 2009

Nuestro Frankenstein ideal

¿Qué clase de hombre o mujer te gusta?

Clásica pregunta que seguramente alguna vez nos hicieron o hicimos. Donde lo más interesante es ver como desenrollamos una lista de preferencias para poder responderlas. Casi como si supiéramos de quien nos podemos enamorar y de quien no.

Y no hacemos otra cosa que describir a un personaje sumamente ficticio, al cual vamos armando con un poco de todo lo que nos atrae de las mujeres o de los hombres. Un perfecto Frankenstein, que con lo único que cumple este “ser ideal”, es con nuestro prototipo de enamoramiento adolescente, pero que nada tiene que ver con el amor. Porque en el amor no existe el candidato perfecto, sino el imperfecto que logra ser perfecto para uno.



Por eso cada vez que me preguntan “¿Qué clase de mujer te gusta?”, ya no hago una enumeración de características. Solo respondo: “Me gustan las mujeres que me gustan”.

Recién lograremos estar predispuestos a enamorarnos, cuando no tengamos más preferencias para enamorarnos.

viernes, 17 de julio de 2009

Naranja entera

No busco mi media naranja porque no soy la mitad de una naranja.

Este concepto de que el amor es nuestra media naranja refleja una carencia, un parte que llenar o tapar, para poder lograr ser una unidad y así poder rodar. Y el amor no es eso.
El amor no es conseguir una persona, que gracias a ella, uno pueda recién ahí empezar a rodar. Uno tiene que aprender a rodar solo en la vida, para luego en el camino, conocer otra naranja que ruede para el mismo lado y así compartir el viaje.


Y si por esas cosas de la vida, el amor no funciona, ambas podrán rodar por nuevos caminos, y no quedarse en la mitad del mismo porque el otro se llevo tu mitad.

Soy una naranja entera que busca una naranja entera. Porque las naranjas enteras son las únicas que pueden rodar juntas y juntas construir una frutera.

martes, 14 de julio de 2009

Adaptador

Hay veces que las ganas de estar con esa persona, o las ganas de querer vivir una historia de amor, o el miedo a quedarnos solos, o simplemente por nuestra baja autoestima, terminamos haciendo cualquier cosa para agradarle a esa persona. Y corremos el riesgo de terminar adaptándonos a lo que ella o él necesitan de una pareja, olvidándonos de lo que nosotros necesitamos del amor.

Algo así como tener que pagar un precio para vivir el “supuesto amor”. Un precio que en ese momento lo vemos como algo normal.
Esta idea del “sacrificio” por la pareja y por el amor. Esta frase de “siempre se tiene que cambiar algo de la vida de uno por la pareja”, pero cuando te das cuenta que lo que cambiaste de tu vida fue tu libertad… ¿De que amor estamos hablando?

El amor y la baja autoestima hacen un coctel fatal. Nos olvidamos de lo que queremos para nosotros y nos convertimos en lo que el otro quiere de nosotros.



Siempre que nos enamoramos nos olvidamos de algunas cosas. Puede ser que nos olvidemos las llaves en la heladera, o que nos olvidemos una dirección o donde dejamos un CD. La excusa perfecta para que nos llamen “cabeza de novio/a”.
Pero las llaves o el CD no son lo peor que nos podemos olvidar cuando nos gusta alguien, lo peor que nos podemos olvidar es de ser nosotros mismos.
Hasta que no aprendamos esto, seguiremos siendo adaptadores de otros.


El amor es la persona que logra sacar al verdadero vos de vos mismo.


sábado, 11 de julio de 2009

Boicot

A las mujeres les cuesta más afrontar la situación de tener que terminar una relación, al darse cuenta que su pareja no les gusta más.

En general es una situación que ningún sexo desea vivir o afrontar, pero a ellas les cuesta un poco más hacerse cargo de la ruptura de una relación que a los hombres.
No quieren cargan con el hecho de que ellas le cortaron a un hombre, y lo hicieron sufrir, porque ese es trabajo de ellos. Son los hombres los que hacen sufrir a las mujeres y no al revés. Las mujeres son las que tiene que ser dejadas y llorar días y días por un amor que no pudo ser, y no al revés.

Por lo tanto estiran la ruptura, el final. Se quedan con su pareja hasta el último momento pensando que quizás sea solo una etapa. Y en verdad comienza la etapa en donde empiezan a hacer el luto dentro de la pareja.

Empiezan (sin darse cuenta) a boicotear la relación. Buscan no querer gustarle más a su pareja. Encuentran cualquier excusa para discutir y así poder pelear. Se ponen más celosas que lo habitual y más exigentes con cosas de él, que antes no le importaban tanto. Buscan la crisis en la pareja para que esta llegue a su fin. Ellas prefieren una especia de guerra fría, a diferencia de los hombres que ellos simplemente desaparecen.


Algunas mujeres directamente no pueden cortar una relación. Sienten que es contranatural, porque cortar una relación es un roll más masculino. Entonces lo que hacen es boicotear la relación para que sea el hombre el termine cortando y no ellas.

Ellas saben que en el fondo no lo quieren más, pero afrontarlo es muy difícil, y más si él sigue enamorado y se porta de diez. Es como si el instinto maternal les hiciera querer cuidarlos de su propio mal.


miércoles, 8 de julio de 2009

Dr Jekyll and Mr Hyde

Es verdad que los hombres se quieren acostar con todo lo que pueden. Es verdad que buscan sexo de una noche, o varias noches, sin ningún compromiso alguno. Es verdad que mienten para poder llevar mujeres a la cama. Todo eso es verdad.

Pero también es verdad que TODOS los hombres se enamoran.

¿Cómo diferenciar uno del otro?

Imposible, porque todos los hombres son esos dos. Todos tienen esas dos facetas. Puede ser que algunos se inclinen más en una que en otra, pero siempre están las dos. Todo depende de la mujer. Todo depende de lo que ella signifique para él. (Y eso se nota)

Y “lo que ella signifique para él” se establece más rápido de lo que las mujeres creen. Es al principio de la relación donde el hombre decide si es una mujer para un par de noches o si es para algo serio. Y es muy, muy difícil que ese concepto cambie en el futuro.
Por ejemplo, si un hombre elige tener una relación de solo sexo con una mujer, es muy difícil que en un futuro se enamore de ella. Tan difícil que diría imposible. Y las mujeres comenten el error de creer que él podrá algún día enamorarse de ella siendo amantes. No. Es muy difícil que un hombre cambie el vínculo que estableció en un principio. Y es más, si pasara al revés, lo más probable es que un hombre enamorado no se banque en absoluto una relación de amantes, sabiendo que otro hombre también duerme con ella.



Luego esta el caso en que se deslumbran por una mujer y se enamoran.
¿Realmente se enamoran? Sí

Creemos que no se enamoran porque no les pasa seguido. Los hombres se enamoran muchas menos veces que las mujeres, pero que sean menos veces las hace más intensas.

Algo así como que los hombres se quieren acostar con cualquiera, pero no se enamoran de cualquiera. Y las mujeres se enamoran de cualquiera, pero no se quieren acostar con cualquiera.

¿Por qué los hombres se enamoran menos veces? Quizás porque lo buscan menos, quizás porque lo necesitan menos, quizás porque las mujeres lo dicen tantas veces y con cada zapato, que parece que los hombres no lo dicen nunca. No importa bien la razón, lo que importa es que al hombre le cuesta mucho más admitir que esta enamorado que a la mujer. Pero sucede, y cuando sucede, el hombre es capaz de HACER cualquier cosa por estar al lado de ella.
No hay que creer en lo que los hombres dicen, sino en lo que hacen. Si te quiere ver, no solo lo va a decirlo, sino que en 15 minutos te tocó el timbre.
Las mujeres tienen que saber que los hombres demuestran su amor con actitudes y luego lo refuerzan con palabras.

Pero más allá de todo esto, todos sabemos en el fondo quien nos quiere y quien no. Lo sabemos porque simplemente es algo que se siente, se sabe, se percibe. Y no con palabras, con sentimientos. Si dudas del amor de tu pareja, preguntate si te sentís querido o querida. En la mayoría de los casos ahí esta la respuesta a la pregunta. (Y sin contar que preguntártelo ya es un mal indicio)

En conclusión los hombres son cerdos repugnantes que solo buscan sexo y al mismo tiempo son el príncipe azul. Todo depende de lo que elijan ser con cada mujer en particular.

Los hombres son como Dr Jekyll and Mr Hyde y cada mujer una poción, algunas sacarán a Dr Jekyll y otras a Mr Hyde.



lunes, 6 de julio de 2009

“Feminista”

La mujer moderna buscó igualarse al hombre en varias aspectos de la vida: trabajo, política, deportes, artes. Lo logró con una fuerte actitud de competencia, fuerza, lucha y decisión. Y así la mujer pudo demostrar que nunca fue el sexo débil.
Por fin apareció un grito de ¡Basta! ante tantos años de machismo clásico e injusto. Un gran logro, sumamente merecido y necesario para nuestra sociedad.

Pero cometieron un error.

Por un lado sí fue necesario y útil buscar la igualdad y superioridad en aspectos de trabajo, política y demás, pero las mujeres también lo buscaron en los aspectos del amor, donde tuvieron una mala interrelación de igualdad. Y ahí nació una especie de venganza sexual que nos trajo problemas a todos.

Para no sufrir más las desigualdades laborales, las mujeres creyeron que igualando a los hombres lograrían el respeto que se merecían. Y lo lograron. En la oficina demostraron ser jefas y empresarias exitosas igual y mejor que ellos.
Para no sufrir más injustitas políticas, creyeron que igualándolos lograrían obtener sus derechos. Y lo lograron y lo demostraron. Llegaron a ser presidentas y demostraron poder hacerlo perfectamente bien y mejor que ellos.
Pero para no sufrir más de amor creyeron que igualándolos lograrían el respeto que se merecían, y ahí cometieron un error de interpretación.

Las mujeres buscaron solo igualarse en los aspectos negativos del hombre con respecto al amor. Tomaron esa actitud de “no buscamos compromiso, solo buscamos sexo y preferimos la soledad ante la vida en pareja”. Y esa no es la actitud del hombre ante el amor. Esa es la actitud que toma un hombre frente a una mujer que no quiere. Es la actitud de un hombre que no esta enamorado. Ese no es el concepto que tiene los hombres sobre el amor. Es mentira eso. Es solo una actitud frente a una situación en particular.
Por eso creo que estas mujeres que llevan la bandera de “nosotras hacemos lo mismo que ustedes”, y que se hacen las feministas, no luchan contra al machismo, luchan contra sus ex, luchan con sus desamores. Y además toman esa postura en repudio al machismo pero son las mujeres que le terminan dando de comer a los machistas. Un círculo vicioso perfecto. Y obviamente terminan espantando y haciendo sufrir a los que se pueden llegar a enamorarse de ellas por lo que realmente son y no por esta actitud.


A medida que fue pasando el tiempo, muchas mujeres adoptaron esta actitud de no demostrar que son vulnerables al amor. Frases como “no hay que enamorarse” o “me gusta estar sola” inundan la ciudad y no son otra cosa que una gran mentira porque todos, absolutamente todos queremos enamorarnos.

O quizás buscan dar esa imagen de “no compromiso” porque creen que eso no asusta a los hombres. Y de nuevo, se vuelven a equivocar. A los hombres no les asusta el compromiso, les asusta comprometerse con alguien a quien no quieren.
(Descartando que las mujeres proyectan como sería la vida con él en la segunda cita. Mujeres: Eso es sumamente normal, pero guárdenselo para más adelante, porque estamos en husos horarios diferentes en ese aspecto)

Por eso creo que el feminismo en cuestiones del amor tuvo una mala interpretación. Ya que las mujeres interpretaron el concepto que tiene los hombres del amor, basándose solo en sus malas experiencias con ellos.
No esta mal ser vulnerables al amor. Además todos queremos estar bien con alguien y es mentira que preferimos la soledad. Así que empecemos a asumirlo y a disfrutar. Dejemos de ser actores sin sueldo de un marketing donde la seducción pasa por el histeriquisco y la falta de compromiso. Asumamos quienes somos.

Asumamos que el amor es lo mejor que nos puede pasar en esta vida. No nos mintamos más. Dejemos de competir en “¿Quién necesita menos del amor?” y admitamos que ambos sexos lo necesitamos (y nos necesitamos) de la misma manera.


miércoles, 1 de julio de 2009

Top 20 (frases)



1-La seducción no está en la belleza física, está en los gestos. Porque no depende del color de sus ojos, sino de cómo te mire con ellos.

2-Te das cuenta que estás enamorado cuando seguís intentando conquistar a tu amada, aunque esta ya sea tu pareja.

3-Uno se enamora solo y solo tiene que desenamorarse.

4-El amor es la sorpresa que genera saber que esa persona tiene lo que necesitas, pero que nunca lo hubieras sabido, si no la hubieras conocido.

5-Tenemos que aprender que en la vida no podemos vivir de buenos recuerdos, debemos vivir en busca de ellos.

6-No hay que darle una nueva chance a una persona, hay que darle una nueva chance al amor.

7-Las mujeres pierden tanto tiempo en no ser feas, que se olvidan lo hermosas que son.

8-La persona que no puede estar sola, no elige enamorarse, elige no estar sola.

9-Nos enamoramos de la persona que logra opacar su arma de seducción con su persona.

10-Los hombres sufren de amor sólo cuando realmente están enamorados, cuando se trata de esa mujer que vale la pena. Las mujeres, en cambio, sufren de amor por el hombre que vale la pena y por el que no, también.


11-Recién lograrás terminar esa historia en tu cabeza, cuando al tener contacto con ella, te nazca de corazón desearle lo mejor, sabiendo que lo mejor para ella…no sos vos.

12-Las parejas pueden ser infieles y perdonarse, pero los enamorados nunca. Pero no porque no sepan perdonar, sino porque no existe el concepto de infidelidad para ellos

13-El beso más difícil de dar no es el primero, sino el último.

14-El concepto de lo que consideramos amor se renueva con cada nuevo amor.

15-Todas las historias de amor tienen fecha de vencimiento porque la vida misma lo tiene. Todas tienen que ser vividas con la locura y la intensidad de creer que hoy puede ser ese último encuentro.

16-Sufrimos de amor por armar estrategias para el sexo opuesto, basándonos en la forma de pensar de nuestro sexo.

17-Yo sé que a todos nos gusta sentir que somos Romeo o Julieta en alguna historia de amor. Pero está en uno decidir si querer ser un personaje de una novela y vivir historias de amor imposible…o ser uno mismo y vivirlas de verdad.

18-Yo prefiero seguir sin saber todo sobre el amor, porque creo que esa es la última chance que tengo para que alguien me sorprenda y así volverme a enamorar.

19-El amor no tiene la culpa de que le hagan mala publicidad.

20-Cuantas menos palabras utilicemos para explicarle a alguien porque lo queremos, más verdadero será nuestro sentimiento.
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