Las advertencias las podes entender, pero no asimilar. Es algo muy raro porque sabes que tienen razón, y de hecho vos les dirías exactamente lo mismo a ellos, pero no lo podes meter en tu cabeza para que haga efecto en tus acciones. No podes racionalizarlo y te volves vulnerable. Te faltan el respeto. Pero lo peor es que uno lo permite, por lo tanto, uno se falta el respeto a uno mismo.
La única manera que el enamorado tiene para entender la situación, es dándose la cabeza contra la pared la cantidad de veces que sean necesarias. Solo.
No hay otra…
No existe una estrategia de desenamoramiento. Eso de borrar a la persona del MSN, celular, blogs, flogs, facebook, salir con otras personas, no tiene una efectividad verdadera. La persona sigue viva en nuestra cabeza, y de ahí la tenemos que borrar.
También puede ser que muchas veces no es querer borra a la persona en sí, porque ya entendimos que no es para nosotros, pero sí borrar esa sensación, ese gusto amargo a desilusión.
Es el trabajo más difícil y solitario que tenemos que aprender solos a superar en nuestra vida.
Si no hay manual que indique como enamorarse, menos entonces uno que indique como desenamorarse.
El tema es así, el amor llega y uno no entiende bien que pasa, de repente algo se construye solo en el interior de uno y nos regala hermosas sensaciones. Bueno, imagínense después querer desarmar eso, que no sabemos qué es y que encima se armó solo (peor que esos juegos de ingenio que en donde tenes que sacar dos clavos doblados por una arandela de metal).
Es la parte en la cual queremos que el amor sea racional, y así poder arrastrar el archivo a la papelera de reciclaje. Pero no, uno se enamora solo y solo tiene que desenamorarse.
Lo positivo de esto, es que seguramente todos hemos pasado por esta situación (y varias veces) pero siempre nos volvimos a enamorar de nuevo, y ahí esta la clave.
Lo bueno del amor es que no tiene cupo para volver a enamorarse. Las chances siempre son infinitas. Y en cuanto menos lo pensas, el dolor de hoy pasa a ser un recuerdo del ayer.
Infinitas…